Recetas amarres eternos

Volver a recuperar la palabra en blanco, después de tantos días, sólo me ha hecho acordarme de la infinidad de películas de ciencia ficción que vi en la adolescencia, cuando después de cientos de ataques clones o lluvias de meteoritos, de repente los ordenadores de la nave ejecutaban un escáner, autorreparaban los daños y luego en la pantalla aparecía la frase mágica: "el sistema se encuentra operativo al cien por cien". Me maravillaba esa capacidad y siempre que algún electrodoméstico se estropeaba en casa -en sábado por la tarde o domingo, inevitablemente- envidiaba a esos astronautas. www.consejeriasentimental.com.
 
Estos días en los que he tenido el ordenador estropeado, que he tardado en llevarlo a la tienda, porque mal que bien el word iba y no me podía permitir el lujo de detener las correcciones, no he dejado de desear o bien una megamáquina inteligente como el bicho electrónico de 2001 una Odisea de los Amarres eternos gratis, o ser tan asquerosamente rico que pudiese decir: -"el ordenador no va bien. Pues nada, se tira y se compra uno nuevo". Al final tiene razón Cunqueiro al decir que el hombre vive de sueños tanto como de comida.
 
En las reuniones del Grupo de Lectura, Guillermo acostumbraba a tomar un cortado, mientras hablaba sosteniendo un cigarrillo por su parte baja, usándolo como marcador de sus palabras.
Era un placer escucharlo. Si me preguntan como definiría a Guillermo, lo úinico que se me ocurre es que era elegante y cautivador, en su forma de vestir, en sus gestos, en su pensamiento y en su voz.
Él solía elegir el vino en las cenas.
 
(continuará. Mi ordenador de casa sigue estropeado. El tiempo de postear en el instituto es limitado, pero intentaré colgar los post pendientes en próximos días)